Los inmigrantes nunca olvidan


Mercedes es una mujer nacida en la Ribera Sacra,provincia de Lugo.
Ella es de complexión normal pero muy fuerte interiormente y nos cuenta cómo llegó a Barcelona en 1963 y cómo han sido sus días hasta hoy…
...“Me vine sola con 25 años, en un tren de carbón que tardó en llegar a Barcelona 3 días. Por compañeros una maleta y mil pesetas que me entregó mi hermano. Mí hermana me esperaba en la estación.

Me incorporé inmediatamente a trabajar en la misma casa donde trabajaba ella, estuve viviendo y trabajando allí hasta que me casé. Éramos mujeres en busca de un futuro.

-"Acudí a la escuela como cómputo global un mes, lo justo para aprender a leer y escribir".

No todos los casos son los mismos, pero en el mío, volver al pueblo hubiera sido un fracaso. El tiempo me da la razón; a día de hoy solamente vive una persona en mi aldea natal, todos se fueron.


- Conocí al que sería mi marido en “el Casinete de Horta”.Los inmigrantes nos juntábamos allí los domingos, fiesta a descansar.Era un estupendo baile, había un peculiar vigilante que se encargaba de separar a las parejas cuando el acercamiento entre ambos cuerpos superaba el palmo de distancia".

...” A mí me gustó nada más verla”- dice Antonio, achinando los ojos al reírse.

Antonio, es natural de Linás de Broto, de Casa Loaso, nacido en el año 36. Y como muchos, también emigró a una gran ciudad en busca del progreso.

...Me subí al tren con destino a Barcelona en el año 62, tenía 25 años. Éramos muchos los que emigramos.Mis compañeros de viaje fueron Carmencita de Casa Juan Camón, Alicia de Casa Tienda y si no recuerdo mal, Pili de Casa Elías. Teníamos tanta ilusión!.Como enseres llevaba una maleta de madera, un pañuelo fardero, nueve pesetas que me dio mi madre, y muchos nervios ante lo desconocido”.


Mercedes y Antonio viven en Esplugues de Llobregat. Llevan casados cuarenta años y son padres de dos hijas.

Entre 1860 y 1970 salieron de su país rumbo a América y luego Europa,más de un millón de españoles. A Cataluña llegaron, sobre todo, con la oleada migratoria de los años 50, andaluces, gallegos, aragoneses y castellanos. Esta emigración fue de estancia y no de paso. La mayoría de los que vinieron a trabajar se quedaron y Cataluña fue, además, tierra de acogida para los españoles que volvían de Suiza, Alemania o Francia.

Tengo tantos recuerdos!.Pero quiero centrarme en Linás, en el momento vacaciones, mes agosto. Una semana preparando maletas, revisando el vehículo Seat 127 color marrón, despedidas de los que se quedan, comprar mapas actualizados, planificar la ruta más rápida y económica, concienciación de las eternas caravanas a las salidas y entradas en las ciudades, la sensación de velocidad provocada por el aire de las ventanillas. Y esas miles de paradas en el camino, para comer, para descansar, para ir al baño. ¿Pero a quién le amarga un dulce?, y así era viajar.



La cámara de fotos siempre fue nuestra aliada. Mi padre empeñado en inmortalizar nuestros viajes se dedicaba a hacernos posar con nuestra mejor cara, en el coche, debajo del puente, ahora en el cartel de Bienvenida a Aragón, etc.

Un mes después, nos convertíamos en testigos de cómo mi progenitor miraba por el agujero de la realidad. Nuestras personas se reducían a cuerpos sin cabezas. Lejos quedaban ya en el recuerdo aquellas sonrisas “profidén” que con tanto esmero prodigábamos…


El regreso a Barcelona era igual de impactante aún si cabe, habíamos viajado tanto y tan intensamente, que al entrar en nuestra casa,casi no la reconocíamos, pero lo que sí sabíamos es que empezaba la normalidad y que duraría por lo menos un año hasta las próximas vacaciones.


Treinta y tantos años después, mi padre dejó la imagen fija para dedicarse al vídeo.
Mi madre sigue haciendo tiempo en la espera a que mi padre grabe sus reportajes.
Mi hermana es madre intentando despuntar en el mundo del diseño.
Yo soy fotógrafa, me dedico a fotografiar personas. Intento sacarlos con cabeza, aunque a más de uno/a lo decapitaría, técnica Antonio, por querer aparentar ser lo que no son.

Juntos, los hijos de los inmigrantes, nunca olvidan sus raíces y las transmiten de generación en generación.

“El inmigrante no protesta, emigra”,

Barcelona les brindó las oportunidades que ellos venían buscando. Nunca se sintieron discriminados.

-"Pero hicimos los trabajos peor pagados"-, dice Antonio y sonríe resignado.

Por la calle pasa una mujer peruana con un niño envuelto en un gorro y una bufanda. Es frecuente ver emigrantes por estos barrios.

-"Se vienen por hambre, como vinimos nosotros"- dice Mercedes-, “pero claro, cada día hay más”.

¿Nos falla la memoria histórica?


…Por Merce Carrera

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Yutarets! kasagad bah!

Anónimo dijo...

Damu pa kmu to?.. Nano ni klase blog man?

Anónimo dijo...

It could challenge the ideas of the people who visit your blog.

Anónimo dijo...

Alla hu akhbar!!!

Anónimo dijo...

ME PARECE UN BLOG ESTUPENDO. HACIA FALTA GENTE COMO TU EN EL MUNDO.

Sasian dijo...

veo reflejados tantos recuerdos que podrian pertenecerme que me he emocionado.

un abrazo.

Y no te prives, cortar alguna cabeza que otra está muy bien.

un abrazo